Algunos datos para conocer a las personas mayores sin hogar

Ene 12, 2018

Isabel Fernández Morales. Envejecimiento en red.


Alguna entidad social estima que en España cerca de 40.000 personas viven sin hogar, y de estas, un porcentaje en aumento corresponde a personas mayores (65 y más años). Aunque hay poca información algo tenemos, como el dato procedente de las Encuestas de personas sin hogar del INE de los años 2005 y 2012, que cifran en 878 mayores de 65 años sin hogar en el año 2012. La mayoría son varones. Son las únicas cifras con alcance nacional y metodología, y es una fuente diferente a las utilizadas por entidades sociales; si en 2005 los mayores representaban casi un 3% de los sin hogar, en 2012 alcanzaban casi el 4%.
Según esta encuesta, el 57,7% de las personas sin hogar tiene menos de 45 años, el 38,4% entre 45 y 64 años y los mayores (65 y más años) representan el 3,9%. La edad media se sitúa en 42,7 años. Si a esto sumamos que el 44,5% llevan más de tres años sin alojamiento propio, y que el 45% se encuentra en esta situación por desempleo, podemos prever un mayor envejecimiento de la población sin hogar en los próximos años si su situación se cronifica.
Estos datos se recogen en el documento Estrategia Nacional Integral para personas sin hogar, para los años 2015-2020, la primera que se ha puesto en marcha en nuestro país… Y es que en la introducción ya se señala que el sinhogarismo (un sustantivo que no está en la RAE pero que cada vez es más utilizado para señalar la problemática de los sin hogar) es un fenómeno mal conocido y que adolece de falta de políticas integrales en su intervención.
Se sabe que el número de personas sin hogar ha aumentado durante el periodo de crisis en todos los países de la Unión Europea, con la única excepción de Finlandia. Destaca que, aunque representan porcentajes menores respecto al grupo mediado de edad, el número de jóvenes y de personas mayores sin hogar está aumentando de manera continuada.
La tipología de personas sin hogar y exclusión residencial es amplia. Contempla tanto personas que viven a la intemperie, o en alojamientos de emergencia como albergues así como personas que residen en alojamientos temporales donde son acogidos por instituciones  por diversos motivos.

Más datos

A través de los datos del VIII recuento de personas sin hogar realizado el 15 de diciembre de 2016 en la ciudad de Madrid, un ejercicio que, a iniciativa del Ayuntamiento, se realiza cada 2 años, el 14,7 % tiene más de 60 años, personas que debieran estar ya en recursos residenciales adecuados.
La Comunidad de Madrid ha sido pionera en España al presentar el Plan de Inclusión Social dePersonas sin Hogar 2016-2021. Según sus datos, el conjunto de personas sin hogar en la región tiene un promedio de edad de 46 años.  El 9% es menor de 30 años,  el 58% entre 31-50 años, el 27% entre 51-64 y el 8,1% tiene 65 ó más años.
Por otro lado, pese a la carencia de datos e información relativa a este fenómeno entre las personas mayores, el análisis de las citadas encuestas del INE junto con otras fuentes significativas como los diversos recuentos nocturnos que realizan algunas ciudades y otros estudios españoleseuropeos norteamericanos nos permiten conocer algunas características de los mayores sin hogar.

Características de los mayores sin hogar

La salud es una cuestión central y vital en las personas en la calle. Su media de vida se estima en 20 y 30 años menos que la media de la población general y la tasa de mortalidad es entre 3 y 4 veces superior (Estrategia Nacional Integral para personas sin hogar, para los años 2015-2020).
Las personas sin hogar tienen una deficiente calidad de vida relacionada con su salud, debido precisamente a la carencia de un domicilio estable, que a su vez comporta padecer las inclemencias del tiempo, malnutrición, falta de descanso adecuado, etc. (Personas sin hogar y salud, Cáritas, 2002)
Un estudio norteamericano que siguió a un gran grupo de mayores de 50 años determinó que las personas sin hogar sufren enfermedades geriátricas décadas antes de lo que les correspondería por edad. Presentaban más problemas a la hora de bañarse, vestirse, comer, usar transporte, tomar medicamentos, relacionarse con los servicios etc. que las de 80 años de edad que tenían una vivienda. Sufren antes deterioro cognitivo, depresión y en general dificultad para sus actividades diarias.
Otro dato interesante a analizar en el que los más mayores llaman la atención es que, según el INE, un tercio de mayores sin hogar deja los alojamientos colectivos y se triplica su presencia durmiendo en espacios públicos. Las razones no son muy conocidas pero apuntan mayoritariamente a su desconfianza respecto a las personas que allí pernoctan.
 
Más datos, entre los mayores sin hogar es donde más se incrementa el porcentaje de quienes no consumen nada de alcohol, pero también es el único grupo que aumenta el consumo excesivo de alcohol, es decir entre los mayores aumentan quienes sufren alcoholismo. También la proporción de los que consumen drogas aumentó especialmente entre los mayores sin hogar.
Rostro de persona mayor sin hogar
El Observatorio Hatento visibiliza los delitos de odio contra las personas sin hogar. Según su investigación casi la mitad de las personas sin hogar habrían sufrido agresiones, humillaciones e intimidaciones motivadas por la intolerancia y los
prejuicios de sus agresores hacia su situación de extrema exclusión social.  Un caso de aporofobia, el neologismo que da nombre al miedo, rechazo o aversión a los pobres y que ha sido elegida palabra del año 2017 por la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia Efe y BBVA. No obstante,  el informe del Observatorio Hatento señala que el factor edad no juega, sin embargo, un papel discriminante entre las personas victimizadas y las no victimizadas.
Habrá que desarrollar nuevas formas de ayudar a las personas mayores sin hogar, que son cada vez más y más mayores, conocerlas mejor y como mínimo disponer de recursos específicos para personas sin hogar mayores que se adapten a sus necesidades como población de edad avanzada.

Recursos para disminuir el número de personas sin hogar

La Encuesta sobre centros y servicios de atención a personas sin hogar, con datos de 2016, no ofrece datos por edades de los usuarios, así que no podemos conocer el número de personas mayores atendidas pero sí podemos destacar el hecho de que la media diaria de personas que se alojaron en centros de atención a personas sin hogar creció un 20,5% en 2016 respecto a 2014.
El 36,9% de los centros declaró que su actividad principal era proporcionar alojamiento en pisos o apartamentos, el 24,8% se consideró como centro de acogida, el 9,5% como centro de día/taller ocupacional, el 9,3% indicó que era albergue/centro de acogida nocturno, el 8,6% comedor social, el 4,2% se consideró como residencia y el 6,5% restante declaró otro tipo de actividad distinta de las anteriores.
Hasta ahora, las políticas de atención han conseguido que pocas personas sin hogar superen su situación, pero las nuevas estrategias se plantean reducirlo aumentando recursos y coordinando servicios.
En cuanto a las personas mayores sin hogar, se pone énfasis en favorecer que accedan a prestaciones económicas. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid se pondrá en marcha un programa para reforzar su asesoramiento social y jurídico ya que entre los mayores sin hogar sólo el 48% dice haber tenido contacto con los profesionales sociales (en cambio, 80% de las personas sin hogar declara haber tenido contacto con un trabajador social).
También es interesante destacar que en 2016 se ha recogido por primera vez en esta Encuesta sobre centros y servicios de atención a personas sin hogar información sobre el programa Housing First. Un programa que se comenzó a aplicar en España en 2014, dirigido prioritariamente a las personas sin hogar con una situación cronificada y con grave deterioro de sus condiciones físicas o psíquicas, características que nos llevan a pensar que son los más mayores los principales beneficiarios. A este programa se destinaron 132 viviendas en junio, que fueron ocupadas por 233 personas, y 171 viviendas en diciembre, ocupadas por 271 personas.
El método Housing First – la vivienda primero – que ha dado muy buenos resultados en otros países, en especial Estados Unidos y Canadá, consiste en destinar una vivienda a una persona sin hogar, con la que se lleva a cabo un amplio programa de acompañamiento social para lograr su reintegración. Esta iniciativa supone notables mejoras en su situación personal, principalmente en su estado de salud ya que la estrategia contempla también la mejora del acceso a la sanidad de estas personas.
RAIS, a través de su programa de vivienda con apoyo Hábitat, es la primera organización que desarrolla esta metodología en España y está obteniendo excelentes resultados en todas las evaluaciones realizadas.

Envejecimiento de la población sin hogar

El envejecimiento de la población sin hogar implica más posibilidades de cronificación de sus situación así como mayor dificultad para acceder a una vida normalizada, a ello se suman mayores problemas de salud importantes.
Y si a este planteamiento se suma, según Cáritas, una cifra creciente de 40.000 personas que viven sin hogar, y si se añade personas que residen en una vivienda insegura (3,6 millones) o inadecuada (5 millones), existen motivos para la preocupación.
 

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