COVID-19 y efectos en la salud mental

May 9, 2020

Antonio Abellán García. Departamento de Población, CSIC.

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS)  advierte que la enfermedad por coronavirus, COVID-19, está provocando un grado considerable de miedo, inquietud y preocupación en la población en general, pero sobre todo entre las personas mayores, y otras con patologías crónicas, dado que están siendo castigadas especialmente por la enfermedad. Esta situación puede tener impacto en su salud mental en forma de estrés y ansiedad, acentuados por el distanciamiento social y el confinamiento obligados, pues se ven afectadas actividades, rutinas o modos de vida habituales. La OMS señala que incluso “…pueden aumentar los niveles de soledad, depresión, consumo nocivo de alcohol y fármacos y autolesiones o comportamiento suicida”. Precisamente el pasado Día Mundial de la Salud Mental, 10 de octubre de 2019, se centró en la prevención del suicidio.

España está sufriendo gravemente las consecuencias del brote de esta enfermedad en los primeros meses de 2020. Por tanto, la población en general y sobre todo la de edad pueden estar en riesgo de sufrir también impactos en su salud mental, como advierte la OMS. Sin embargo, si nos centramos en el último de los efectos citados, se puede decir que España tiene una de las tasas de suicidio y autolesiones más baja de Europa (Figura 1).

A pesar de la baja incidencia, el patrón de suicidio por edad y sexo avisa del riesgo que podrían correr determinados grupos de población (Figura 2); los hombres tienen tasas más altas que las mujeres a lo largo de todas las edades, y aumentan fuertemente en edades avanzadas. Precisamente son los hombres, mayores y muy mayores los que presentan proporciones más altas de hospitalización y fallecimiento por COVID-19, y posiblemente, aunque no sólo, los más expuestos a estos efectos adicionales (y extremos) de la enfermedad en su salud mental.

No es una situación de alarma, pues las cifras absolutas y las tasas de suicidio son bajas históricamente. Pero pensando en el bienestar psicosocial de los diferentes grupos objetivos de población durante el brote de la enfermedad y para evitar situaciones de riesgo, conviene repasar la serie de consideraciones que la OMS ha lanzado  (ver abajo más información) .

 

Por ejemplo, de una lista de 30, señalamos algunos mensajes abreviados para personas mayores, personas con problemas de salud previos y sus cuidadores:

  1. Las personas mayores, especialmente en aislamiento y las que tienen deterioro cognitivo / demencia, pueden sentirse más ansiosas, estresadas, agitadas o retraídas durante el brote o el período de confinamiento. Provea apoyo práctico y emocional a través de redes informales (familia) y profesionales de la salud.
  2. Brinde información clara sobre lo que está sucediendo y cómo reducir el riesgo de infección en palabras que las personas mayores con o sin deterioro cognitivo puedan entender. De forma respetuosa y paciente. Ayude para practicar medidas de prevención (por ejemplo, mascarillas, lavado de manos, etc.).
  3. Si tiene patologías previas, asegúrese de tener acceso a cualquier medicamento que actualmente esté usando y sepa de antemano dónde y cómo obtener ayuda práctica si es necesario, como comida, atención médica, etc.
  4. Realice ejercicios físicos diarios simples para mantener la movilidad y reducir el aburrimiento.
  5. Mantenga rutinas y horarios regulares tanto como sea posible. Manténgase en contacto regular con sus seres queridos (por ejemplo, por teléfono, correo electrónico, redes sociales).

 

Más información OMS:

Mental health and COVID-19

WHO briefing note – Mental health and psychosocial considerations during COVID-19 outbreak

 

Véase también: Día mundial de la salud mental 2019 se centra en la prevención del suicidio

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