Confinados en su hogar

Dic 18, 2018

Alba Ayala García. Escuela Nacional de Sanidad, Instituto de Salud Carlos III. Antonio Abellán García. Departamento de Población, CSIC. Rogelio Pujol Rodríguez. Instituto Nacional de Estadística.

 

No se ha estimado hasta ahora el número de personas mayores que viven confinadas en su hogar debido a problemas funcionales severos o de otra naturaleza. Se define persona confinada aquella que presenta un nivel de dificultad severo o total para andar o moverse fuera de su vivienda. En base a esta definición y utilizando o datos de la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia (EDAD) del Instituto Nacional de Estadística (2008), se ha calculado el número de personas mayores (65 y más años) que se encontraban confinadas en su hogar en España. Los detalles de esta investigación acaban de ser publicados en la revista Medicina de Familia. Semergen.

En total, un 24,1% de los 2,1 millones de personas mayores con discapacidad, es decir, 517.458 personas de ambos sexos se pueden considerar confinadas en su hogar.  De ese porcentaje, un 8,1% se estima que tienen una situación de confinamiento estricto (dificultad total para moverse fuera de casa) y el resto,  16,0%, es semi-confinado (dificultad severa para moverse fuera de casa incluso con ayuda).

¿Qué características definen a las personas confinadas?

Estos “prisioneros” en su espacio reducen drásticamente sus relaciones sociales, no salen de casa y su marginación se acentúa al reducirse paulatinamente las visitas de amigos y familiares, quienes ya no pueden contar con ellos para la mayor parte de actividades. No disfrutan de las ventajas de vivir en sociedad. Son precisamente por todo ello bastante invisibles.

Las personas confinadas son mayoritariamente mujeres, presentan una mayor edad media y un bajo nivel de estudios; predominan las viudas. Estar en situación de confinamiento es un problema bastante común en la vida cotidiana de las personas con discapacidades severas en las actividades básicas de la vida diaria (dificultad para vestirse, lavarse, moverse dentro de la casa y comer). También destaca la gran dificultad ante las barreras del entorno, si es que salen de casa; como por ejemplo, coger un transporte público, cruzar la calle o subir aceras, el acceso al portal, las escaleras, o incluso al acceder al ascensor.

Ser confinado en el hogar se asocia a una peor salud autopercibida, con un mayor número de condiciones crónicas de salud y de discapacidades. Además demandan más atención domiciliaria, de cuidados médicos y de enfermería y reciben una mayor asistencia del personal hospitalario.

Sus características personales, sociales, de entorno, funcionales y de salud, indican situaciones de vulnerabilidad. Conocer una estimación de su volumen puede contribuir a una mayor visibilidad del problema del confinamiento y puede ayudar al diseño de planes de actuación social o planes de salud para estas personas.


Artículo original (Acceso restringido): Ayala A; Pujol R; Abellán A. “Prevalencia de personas mayores confinadas en su hogar en España”. Medicina de Familia: Semergen, 2018; 44(8):562-571.

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1138359318303095

 

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