¿Para qué sirve la promoción de un envejecimiento activo y saludable?

Abr 20, 2016

Concha Aparicio. Responsable de envejeceractivos.com
En el ámbito del envejecimiento, existe un amplio consenso al valorar más la calidad que la cantidad de las expectativas de vida. El intenso cambio social protagonizado por nuestro país en las últimas décadas ha producido un retraso considerable en la aparición de los atributos propios de la vejez. No obstante, el incremento de patologías crónico-degenerativas, o enfermedades no transmisibles, junto a la mayor esperanza de vida, hacen preciso modificar las políticas sanitarias vigentes. Ante el reto que suponen los nuevos escenarios epidemiológicos y demográficos, la OMS defiende la necesidad de reorientar los sistemas de atención médico-sanitaria para que, más allá de su usual enfoque asistencial, ofrezcan respuestas de carácter multidisciplinar vinculadas a la promoción de la salud y la prevención.
Siguiendo las directrices señaladas por este organismo en su Plan de acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no trasmisibles 2013-2020, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad presentó hace dos años la Estrategia de Promoción de Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud , cuya finalidad es “fomentar la salud y el bienestar de la población, promoviendo entornos y estilos de vida saludables y potenciando la seguridad frente a las lesiones”. Un segmento de población sobre el que la estrategia centra su atención es el de las personas mayores. En el área de Salud Pública existe una sólida evidencia respecto a la eficacia de la promoción de la salud en el control de los denominados determinantes modificables de la salud: ambiente, estilos de vida y sistema sanitario. La influencia de estos factores es decisiva en cualquier etapa vital, pero aún más durante el envejecimiento, pues afecta radicalmente a la mayor o menor velocidad con que cursa el paulatino declive que acompaña este proceso.

Las personas mayores son proclives al cuidado de la salud; tal vez, porque conocen mejor que otros grupos de edad los efectos de su deterioro. Esta característica les hace mantener actitudes acordes a las intervenciones de Educación para la Salud, un efectivo recurso de la promoción de la salud orientado a la adopción de comportamientos que favorezcan la salud.
Las prácticas a seguir en pro de un envejecimiento activo y saludable son muy diversas, tal como apunta el Blog Envejerceactivos.com:
envejecimientoactivo
El plano físico comprende la franja de autocuidados y competencia personal, con contenidos como alimentación sana, prevención de accidentes, higiene del sueño o fomento de la actividad física, entre otros. En la esfera mental, se trata de favorecer la estimulación cognitiva, recomendada usualmente para mejorar el funcionamiento de la memoria de trabajo en la vejez. Asimismo, debe incluirse un apartado sobre interacción social y participación comunitaria, que promueva las relaciones interpersonales y la integración de los mayores en los diferentes aspectos de la vida social. La meta de estas actuaciones no es otra que contribuir a que la hipótesis de la compresión de la morbilidad  se convierta en un hecho irrefutable que incremente la proporción de personas que envejece de un modo activo y saludable en el siglo XXI.

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