Maltrato a personas mayores

Jun 15, 2018

Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, 15 de junio.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 66/127 Documento PDF, designa el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. La celebración de este día sirve para que todo el mundo exprese su oposición a los abusos y los sufrimientos infligidos a algunas de nuestras generaciones mayores.
Se presenta a continuación unos apuntes tomados y resumidos de la Nota de prensa de la Organización Mundial de la Salud (8 de junio de 2018). Versión completa de esta Nota en:  http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/elder-abuse
Datos y cifras

  • Las tasas de maltrato pueden ser mayores entre los ancianos residentes en instituciones que en los que viven en viviendas familiares.
  • El maltrato a personas mayores puede conllevar graves lesiones físicas y consecuencias psicológicas prolongadas.
  • Se prevé un aumento del problema de maltrato y abuso por el envejecimiento de la población en muchos países.

El maltrato a personas mayores es un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad; también la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza. Este tipo de violencia constituye una violación de los derechos humanos e incluye el maltrato físico, sexual, psicológico o emocional; la violencia por razones económicas o materiales; el abandono; la negligencia; y el menoscabo grave de dignidad y la falta de respeto.
Magnitud del problema
El maltrato de las personas mayores es un problema importante de salud pública. Aunque hay poca información sobre el alcance del maltrato en la población de edad avanzada, especialmente en los países en desarrollo, se calcula que 1 de cada 10 personas mayores ha sufrido malos tratos en el último mes. Probablemente la cifra esté subestimada, puesto que solo se notifica 1 de cada 24 casos de maltrato a personas mayores, en parte porque los afectados suelen tener miedo de informar a sus familiares y amigos o a las autoridades. En consecuencia, es probable que todas las tasas de prevalencia estén subestimadas.
Aunque los datos rigurosos son escasos, un estudio ha aportado estimaciones de la prevalencia de los tipos más frecuentes de maltrato en países de ingresos elevados o medios:

  • maltrato físico: 0,2-4,9%
  • abuso sexual: 0,04-0,82%
  • maltrato psicológico: 0,7-6,3%
  • abuso económico: 1,0-9,2%;
  • desatención: 0,2-5,5%.

Los datos sobre el alcance del problema en establecimientos institucionales como hospitales, hogares de ancianos y otros centros asistenciales de largo plazo son escasos. Más escasos todavía son los datos sobre el maltrato de las personas mayores en establecimientos institucionales de los países en desarrollo.
El maltrato a personas mayores puede conllevar lesiones físicas y secuelas psicológicas graves, a veces de larga duración, en particular depresión y ansiedad. Un estudio de seguimiento durante 13 años reveló que los ancianos víctimas de maltrato tienen una probabilidad de morir dos veces mayor que aquellos que no refieren maltrato.
En el ámbito mundial, se prevé que el número de casos de maltrato de personas mayores aumente habida cuenta del rápido envejecimiento de la población en muchos países y de la posibilidad de que sus necesidades no puedan atenderse plenamente por falta de recursos.
Factores de riesgo
Individuales
Entre los riesgos del ámbito individual se incluyen la mala salud física y mental de la víctima. Si bien los varones de edad corren el mismo riesgo de sufrir malos tratos que las mujeres, en algunas culturas en las que las mujeres tienen una condición social inferior, las mujeres de edad tienen mayor riesgo de negligencia y abuso económico (como apoderarse de sus propiedades) cuando enviudan. Las mujeres pueden también correr un mayor riesgo de sufrir formas más persistentes y graves de maltrato y lesiones.
Relacionales
Compartir la vivienda es un factor de riesgo para el maltrato de las personas mayores. Está por determinar aún si son los cónyuges o los hijos adultos de las personas mayores quienes más probabilidades tienen de perpetrar los malos tratos. Cuando el agresor depende de la persona mayor (a menudo económicamente) también es mayor el riesgo de malos tratos. En algunos casos, si hay antecedentes de relaciones familiares disfuncionales la situación puede empeorar debido al estrés cuando aumenta la dependencia de la persona mayor. Finalmente, con la incorporación de las mujeres al mundo laboral y la reducción del tiempo que tienen disponible, atender a los parientes mayores puede pasar a ser una carga más pesada que incrementa el riesgo de maltrato.
Comunitarios
El aislamiento social de los cuidadores y de las personas mayores, y la consiguiente falta de apoyo social, es un importante factor de riesgo para el maltrato de las personas mayores por parte de sus cuidadores.
Socioculturales
Entre los factores socioculturales que pueden afectar al riesgo de maltrato de las personas mayores se incluyen los siguientes:

  • la representación de las personas mayores como frágiles, débiles y dependientes;
  • el debilitamiento de los vínculos entre las generaciones de una misma familia;
  • los sistemas sucesorios y de derechos de tierras, que afectan a la distribución del poder y de los bienes materiales en las familias;
  • la migración de las parejas jóvenes, que dejan a los padres ancianos solos en sociedades en las que tradicionalmente los hijos se han ocupado de cuidar a las personas mayores;
  • la falta de fondos para pagar los cuidados.

En los establecimientos institucionales, es más probable que se produzca maltrato si:

  • los niveles de la atención sanitaria, los servicios sociales y los centros asistenciales para las personas mayores no son adecuados;
  • el personal está mal formado y remunerado, y soporta una carga de trabajo excesiva;
  • el entorno físico es deficiente;
  • las normas favorecen más los intereses del centro institucional que los de los residentes.

Prevención
Son muchas las estrategias que se han aplicado para prevenir el maltrato a personas mayores, adoptar medidas para combatirlo y mitigar sus consecuencias. Entre las intervenciones que se han puesto en práctica –principalmente en los países de ingresos altos– para prevenir el maltrato cabe citar las siguientes:

  • campañas de sensibilización para el público en general y los profesionales;
  • detección (de posibles víctimas y agresores);
  • programas intergeneracionales en las escuelas;
  • intervenciones de apoyo a los cuidadores;
  • políticas sobre atención en residencias para definir y mejorar el nivel de la atención;
  • formación sobre demencias dirigida a los cuidadores.

Entre los esfuerzos por responder al maltrato e impedir que se repita se incluyen las siguientes intervenciones:

  • notificación obligatoria del maltrato a las autoridades;
  • grupos de autoayuda;
  • casas refugio y centros de acogida de emergencia;
  • programas de ayuda psicológica dirigidos a las personas que infligen malos tratos;
  • teléfonos de asistencia que proporcionen información y derivación;
  • intervenciones de apoyo a los cuidadores.

De momento no hay demasiadas pruebas de la eficacia de la mayoría de las intervenciones. Ahora bien, el apoyo a los cuidadores después de un caso de maltrato reduce la probabilidad de que se repita y los programas intergeneracionales en las escuelas (para reducir las actitudes sociales negativas y los estereotipos hacia los ancianos) han arrojado resultados prometedores, al igual que el apoyo a los cuidadores para prevenir el maltrato a personas mayores antes de que ocurra y la sensibilización de los profesionales con respecto al problema. Las pruebas sugieren que los servicios de protección de adultos y las visitas domiciliarias de la policía y los trabajadores sociales a las personas mayores que han sido víctimas de maltrato pueden de hecho tener consecuencias adversas, como el aumento del maltrato.
La multisectorialidad y la colaboración interdisciplinaria pueden contribuir a reducir el maltrato a las personas mayores:

  • el sector de servicios sociales (mediante la prestación de apoyo jurídico, financiero y domiciliario);
  • el sector de la educación (mediante campañas de sensibilización y educación del público);
  • el sector de la salud (mediante la detección y el tratamiento de las víctimas por el personal de atención primaria de salud).

En algunos países, el sector de la salud ha desempeñado una función protagonista en la sensibilización del público sobre el maltrato de las personas mayores, mientras que en otros es el sector de los servicios sociales el que ha tomado la iniciativa.
A nivel mundial, se sabe demasiado poco sobre el maltrato de las personas mayores y sobre su prevención, especialmente en los países en desarrollo. La magnitud y naturaleza del problema apenas empieza a perfilarse, muchos factores de riesgo siguen poniéndose en entredicho, y las consecuencias y los datos sobre lo que funciona para prevenir el maltrato de las personas mayores son limitados.

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